Agafac visita la empresa Magnesitas de Rubián
El pasado jueves, 10 de octubre, la Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos (Agafac) visitó Magnesitas de Rubián. La empresa, situada en Vila de Mouros (O Incio, Lugo), se dedica a la extracción y tratamiento de carbonato magnésico (magnesita) para la obtención de óxido de magnesio. Este se emplea fundamentalmente para alimentación animal, y también como fertilizante.
A la visita asistieron el director de Agafac, Bruno Beade, y la directora técnica de la asociación, Luisa Delgado, que fueron recibidos por Eduardo Jiménez, el director general, acompañado de Julio Soto, que ocupa el cargo de Administración y Calidad en Magnesitas de Rubián.
En un primer momento tuvo lugar una reunión entre los allí presentes en la que se explicó la historia y la trayectoria de la empresa, así como el proceso de obtención del óxido de magnesio (una importante materia prima para el sector de la alimentación animal). Posteriormente, se realizó la visita a la mina y a la planta de procesamiento, donde los representantes de Agafac pudieron ver de primera mano cómo trabajan en Magnesitas de Rubián y la trascendencia que tiene su labor en la producción de compuestos para alimentación animal.
La mina cuenta con más de 20 kilómetros de galerías y, a día de hoy, tiene unas reservas de mineral para, al menos, los próximos 15 años. La actividad desarrollada en la mina consiste en la extracción de carbonato de magnesio (magnesita) para la posterior obtención de óxido de magnesio. Una vez en la planta de procesamiento, la magnesita se prepara para poder alimentar los hornos, donde se le aplica energía para que tenga lugar la reacción de calcinación (es decir, la descarbonatación), obteniendo así el producto final, el óxido de magnesio.
La reacción de descarbonatación comienza una vez el mineral se ha calentado a una temperatura por encima de los 650 ºC, manteniéndose en la práctica a temperaturas por encima de los 850 ºC para asegurar la correcta calcinación. Durante la reacción se produce la decrepitación del mineral como consecuencia de la liberación del C02, en una proporción casi de 1 kilo de C02:1 kg de producto, dada la composición de la materia prima y las características de la reacción.